domingo, 22 de septiembre de 2013

Mi infancia ¿Juegos o maldades?

                                                                 

          

     Se dice que los juegos de los niños marcan, de alguna manera, el modo de ser de los mismos. También se dice, no sé si es mito o realidad, que los niños de antes y con antes me refiero a cualquier generación comparada con la de sus padres, eran distintos, pretendemos (los padres) revestirnos de una capa de falsa bondad, nos untamos con la vaselina del “ser superior” y exclamamos con énfasis aquello tan manido de “Eso en mis tiempos no pasaba” o “En mis tiempos se respetaba mas a los padres” y cuarenta mil razones a cada cual mas idiota y vana.
     No nos engañemos y hagamos un viaje en retrospectiva a nuestra infancia. Centrémonos en los aconteceres sino en nuestro interior, en lo que pensábamos al actuar de aquella u otra manera, hagamos un profundo chequeo a nuestra psique y nos daremos cuenta de una cosa fundamental y es el hecho de que la persona siempre actúa motivada por un amplio abanico de causas que en el fondo son las mismas a lo largo del tiempo solo varia el marco o contexto en el que se desenvuelven los hechos. Todo se explica con la visión y  comentario de este juego infantil muy en moda y uso en los años cincuenta.
     No éramos ángeles recuerdo que cuando jugábamos a esto invitábamos a las chicas de nuestra edad a jugar con nosotros y la hacíamos “amogar” es decir ocupar el sitio de abajo s fin de saltar sobre ellas y propiciar el roce, claro que esto ocurría hasta que alguna avispadilla decía “nati de plasti” lo que queréis es… Entonces se acababa el juego para desencanto nuestro. Con esto quiero decir que esas ideas no son ni más ni menos que las de cualquier chico de cualquier época, no cambiamos las sucesivas generaciones, cambia la sociedad que los encuadra y la moral más o menos permisiva de la época que  se viva.
     Resumiendo eran juegos que conllevaban una maldad más o menos permitida según épocas o circunstancias.


martes, 17 de septiembre de 2013

Mi encuentro con Caronte.

                                                                                                               
  • Fotografía de la Web :huorgaldorion.wordpress.com.

Ocurrió solo hace unos segundos que ya me parecen una eternidad, todavía parece que puedo tener sensaciones físicas. ¿Es ilusión o realidad? estoy en medio de un desolador paisaje, todo me es familiar, parece un fantástico puzle creado por una mano diabólica. Sus componentes me recuerdan algo pero mi mente no logra encajar esos recuerdos. Será que está comenzando mi transformación. Más bien creo que ya he cambiado pero no he sido consciente de ello. De repente se enciende en algún rincón de mi cerebro una pequeña chispa, parecen escenas de mi propia vida, desfilan frente a mi velozmente como en un tiovivo de ferias pero a mí se me antoja lentísimo. De pronto se ha parado y todo el paisaje parece cambiar, estoy a la orilla de un gran rio de aguas muy claras. Miro el lecho transparente y con tonos verdosos y quedo fascinado por las figuras de animales que allí descansan, entre ellos reconozco algunos míos, duermen placenteramente bajo aquellas aguas que , aunque claras y diáfanas  transmiten una pestilencia especial.
     Mi sentido común me dicta que no debo permanecer más tiempo en aquella orilla del rio. De repente una niebla espesa y pertinaz envuelve las márgenes del rio, una barca se acerca, a medida que está más cerca de  m puedo vislumbrar una gran figura, la del barquero que con su mano me indica que suba a la barca y así lo hago. Me aposento en un extremo de la embarcación para no molestar al nauta que dirige la misma y le pregunto por el precio del viaje. Sin mediar palabra alguna me indica que son dos monedas con un significativo gesto de sus dedos y sin volver la cara siempre muy atenta a la embarcación y al rio. Entonces un escalofrió primigenio recorre todo mi cuerpo al ver sus dedos sarmentosos y huesudos, Caronte, que es el nombre del barquero, vuelve su rostro hacia mí y en ese instante comprendo todo el proceso  comprendo lo que había ocurrido solo hacia unos segundos. Grito con todas mis fuerzas y me despierto en mi cama bañado en sudor. Los rayos del sol amaneciendo entran por la ventana de mi dormitorio y respiro aliviado, dispongo de otro día mas, ¡Que alivio!...
En la ciudad de Málaga a 17 de septiembre del año 2013.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Soy un Ángel caído.

     "Soy un ángel caido. Hoy La Cúpula está en llamas y no se donde ir. Aún no entiendo porque me ocurre esto a mi.Era mi Padre y se olvidó de mi. Eran mis hermanos y me buscan con avidez para matarme. Estoy asustado y solo se que debo huir. Poco a poco voy cambiando, aumenta mi rabia y mi odio, Mi amor de siempre se va transformando en maldad,¡no quiero que eso pase! pero siento que está ocurriendo dentro de mi.Huiré a lo mas profundo, viviré olvidado de todos y aunque no es lo que deseo todo ocurrirá porque El asi lo ha designado. Soy un Ángel... caído estoy".

martes, 3 de septiembre de 2013

Historias de la mili.

                                                                                                                           

                                                                                                                  
Antiguo cuartel de Ingenieros nº 7 de Ceuta
      Este es el antiguo acuartelamiento del Grupo de Ingenieros nº 7 de Ceuta.Hoy dia no se si estará en la ciudad o lo trasladaron a la península. En este cuerpo hice mi servicio militar aunque destacado en una unidad anexa unidad anexa ubicada en el Parque de Artillería también desaparecido por derribo.
       Una de las funciones que desempeñaba en mi unidad era la de recoger la correspondencia personal de la tropa y administrativa en el regimiento al cuál pertenecíamos.
       El clero siempre ha tenido una gran importancia y preponderancia dentro de los estamentos del estado,como es sabido, así que se deba el caso de capellanes con grado de capitán. Esta dádiva que el estado hacia para con la Iglesia nos lanzaba al campo personal de la ciudadanía unos curiosos especímenes dispuestos a seguir adoctrinándonos pero con mayor poder, el poder que les otorgaba las tres estrellas de seis puntas en la bocamanga o en la placa adosada al pecho de su sotana.
       Resultó que, hace treinta y siete años, me topé con uno de estos especímenes en una situación bastante peculiar que paso a relatar en entrecomillado y cursiva, no por su transcripción exacta y veraz pues  tal vez no recuerde datos exactos, sino para destacar lo absurda de la reacción de aquel individuo que en aquel momento dio prioridad a su espiritu militar antes del que verdaderamente y por vocación tendría que haber mostrado.
       "Salgo de mi unidad andando pues el regimiento estaba muy cercaa recoger,como siempre la correspondencia oficial y la privada de la tropa. Subo la empinada cuesta   y tras diez minutos llego a las puertas del acuartelamiento. Tras traspasar el portalón de entrada y la identificación por parte de la guardia principal, me dirijo, tras cruzar el cuerpo de guardia, a la zona izquierda donde estaba ubicada la Cartería del Regimiento. El encargado de entregarme la correspondencia salvo raras excepciones era un soldado designado al efecto y digo salvo raras excepciones porque aquella mañana fue una gran excepción. El cutre departamento de Cartería tenia un ventanuco que daba justamente a la cabeza de la persona que debia atenderme, el ventanuco solo protegido por una leve cortinita de fina tela a modo de visillo pero sin cristales protectores. El soldado encargado casi siempre dormitaba con la cabeza cerca de la ventanita y el bromista de turno era yo que rascaba los visillos y la cabeza del individuo que se despertaba asustado en pleno sueño y se veia imposibilitado a gritar por temor a  que se alertara algún mando y preguntara que es lo que pasaba,pues bien aquella vez,como no, el rito se repitió pero detras del cortinaje no estaba el soldado sino una sotana negra como mi suerte y tres estrellas de seis puntas en el pecho, con un volumen de unos 95 o100 kilos de peso que habia decidido dormirse a deshora y fuera del sitio apropiado y que rugió cual fiera acosada al verse toqueteado en la cabeza por un estúpido soldado. De su boca salió el capitán de tres estrellas de seis puntas no el clérigo bondadoso que era su entendida vocación,salió el regalo que el estado le habia dado por ser quien era no el humilde siervo de Dios y sus consecuencias podeis imaginarla... Estuve una semana sin pisar mi domicilio, durmiendo en el catre de mi unidad y comiendo rancho que me descontaban de mi exigua paga militar al no tener derecho a comida por pernoctar en casa... Historias de la PM...

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